Patricio Sanhueza V., Presidente AUR y rector UPLA: “Crisis de fe pública”

Patricio Sanhueza V., Presidente AUR y rector UPLA: “Crisis de fe pública”

No cabe la menor duda que estamos viviendo una crisis muy profunda en Chile. Ella tiene causales tan concretas como una tremenda desigualdad en los ingresos, desprotección de niños y ancianos, condiciones no dignas de accesos y calidad en salud, transporte y educación, desigualdades de género, desmesuradas utilidades, pensiones indignas, desagregación social, escasa inclusión y poco respeto al medioambiente.

Esta crisis nos ha mostrado algo más complejo y profundo: se ha perdido la confianza en muchas instituciones y desvirtuado el rol de lo público. Lo público no sólo está vinculado al rol que debe cumplir el Estado, también lo está en el ámbito privado, especialmente en aquellas funciones que tienen influencia en la sociedad, como los medios de comunicación y las empresas, especialmente aquellas que prestan servicios públicos básicos y esenciales. Chile necesita dialogar seriamente estos temas porque desvergonzadamente se miente para atacar, se infamia y se ataca la honorabilidad y la dignidad de personas e instituciones. Somos responsables de haber construido un presente individualista e inhumano, dejando los derechos humanos olvidados y atropellados. Atacar de esta misma forma a las universidades es una gran irresponsabilidad y constituye un pecado social, porque sabemos que son la reserva moral de las sociedades más evolucionadas. Tratar de destruirlas es parte de un proceso de descomposición inaceptable.

Lo dicho alcanza igualmente al plano de las relaciones personales, donde el respeto a las normas comunes de funcionamiento son la base para construir una sociedad que resuelva civilizadamente los problemas. No se entiende que existan instintos de autodestrucción en las comunidades y un abandono del sentido de lo público que debería primar en sociedades del siglo XXI.

Lo que nos ha ocurrido pone a prueba a las chilenas y chilenos que, con su ejemplo de masivas manifestaciones y sin liderazgos reconocidos, han manifestado el abandono que sienten y el abuso de sectores que se han aprovechado del interés general cuando estaban llamados a velar por él. Reconocer esta realidad es esencial para avanzar hacia una solución duradera.

La democracia requiere de organizaciones fuertes y comprometidas con el bien público. Sin embargo, coexisten instituciones en las que muchos de sus integrantes se ven más preocupados de cuotas de poder y de aprovechar su rol para beneficiarse antes que de motivaciones nobles. Con ello, sólo se consigue pérdida de credibilidad. Expresión de esas desviaciones son la ligazón de la política con el dinero, la defensa corporativa de personas que han cometido delitos, la falta de democracia interna en organizaciones y una profunda separación entre los intereses mezquinos y la vocación de servicio.

Tenemos esperanza en el futuro y esperamos que un nuevo pacto social tan mayoritariamente apoyado recomponga cuadros de descomposición que han animado algunos en orden a destruir lo público, regulando sabiamente la protección de derechos fundamentales amenazados como el honor y la dignidad de personas e instituciones.

Creemos que sí es posible salir de esta crisis. No sólo es urgente encontrar soluciones a las reivindicaciones que se han hecho públicas, sino también se requieren medidas que muestren al país la voluntad de terminar con inmerecidos privilegios y, para lo cual, la función pública debe recuperar su importancia y relevancia, tema que debería iluminar a nuestra carta constitucional.

Fuente: Mercurio Valparaíso 01.11.2020
https://www.mercuriovalpo.cl/impresa/2020/11/01/full/cuerpo-principal/10/



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