Óscar Garrido A., rector ULAGOS: “El futuro de las universidades públicas”

Óscar Garrido A., rector ULAGOS: “El futuro de las universidades públicas”

Hace cuatro décadas la dictadura militar estableció la libre entrada de instituciones privadas como oferentes de educación superior y la reducción progresiva de los fondos entregados a las universidades públicas. Los efectos de ambas medidas siguen más presentes que nunca: la matrícula de pregrado en universidades estatales representa sólo el 15,6% de la matrícula de educación superior y en 2019 el financiamiento por vía aporte basal y fondos concursables representó solo un 26% de sus ingresos.

Contrariamente a lo que se ha señalado, el carácter público de una universidad no se encuentra dado por los fines que ella cumple, sino por las propias características que detenta. Las universidades públicas orientan su acción en la búsqueda del bien común, sin anteponer ningún tipo de interés individual o grupal, son instituciones laicas, pluralistas y reguladas por el derecho público, en razón de lo cual se encuentran sujetas a regulaciones que resguardan la transparencia y la fe pública de su actuar.

Las instituciones estatales, pese a navegar por décadas en la premisa del “sálvese quien pueda”, han logrado sobrevivir con muy buenos resultados. Todas las universidades públicas se encuentran acreditadas por la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) y cuatro casas de estudio poseen la categoría “de Excelencia”. También sobresalen en la generación de nuevo conocimiento: de acuerdo a la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), el sistema terciario estatal ha sido el más productivo en la generación de publicaciones en los últimos seis años. Junto a ello, cuentan con el porcentaje de alumnos de la educación municipal y subvencionada más alta del sistema universitario (88% en 2020).

Esto se explica básicamente por el enorme compromiso que realizan a diario sus propias comunidades. No obstante, el Chile del futuro no puede depender sólo de actos heroicos, sino que debe construirse en base a una nueva forma de relación entre el Estado y sus instituciones. Los desafíos que existen en el horizonte, relacionados a la generación de un renovado modelo de desarrollo económico, por ejemplo, dependen de ello.

Es fundamental la superación del estado subsidiario a partir del cual se han desarrollado políticas públicas que tienden a ser funcionales al mercado, privilegiando la competencia, la privatización y la desregulación del sistema de educación superior. En términos más concretos, es fundamental avanzar en la garantía explicita del derecho a la educación superior en la nueva Constitución. Este derecho debe materializarse a través de la provisión gratuita de educación en un conjunto de instituciones públicas de nivel técnico y universitario, reconocidas también en el texto constitucional.

No se busca con ello desconocer el carácter mixto del sistema educacional chileno, arraigado en nuestra tradición desde mucho antes de la Constitución de 1980, sin embargo, es fundamental relevar explícitamente el rol que cumplen las casas de estudio estatales y otorgarles un tratamiento distintivo, reconociendo así su naturaleza pública y gratuita. De esta forma, el Estado se hará responsable de su desarrollo y constante mejoramiento.

“Es fundamental avanzar en la garantía explicita del derecho a la educación superior en la nueva Constitución”.

Fuente: La Segunda 07.10.2021



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